martes, 6 de diciembre de 2011

31 de mayo

31 de mayo



A menudo me viene la idea que Batania me comentó por mail: “No pensar en lo que ellos pueden hacer por nosotros, sino lo que nosotros podemos hacer sin ellos.” Creo que es una idea fundamental, esperanzadora, liberadora, creadora. Creo que los años que vienen serán de una solidaridad absoluta y radical, o no serán. Redes de creación, de apoyo, de comunicación, de reflexión, de acción. Redes. Me parece la idea clave.



P., hablando de los políticos, dice que “son meros figurantes y les estamos dando una categoría de imprescindibles. A. apunta que “no se trata de pedir ((entre otras cosas porque hace ya tiempo que no tienen nada que dar, y en los próximos años no se van a dedicar a dar, sino a quitarnos). Se trata de hacer nosotros mismos la realidad que deseamos, tal como la deseamos.” Añade que lo más importante es que ha caído el muro de la complicidad y el silencio, y que los pasados han sido años muy duros, de soledad y exclusión.



Hago una propuesta antisistema pero humilde, para considerar en las asambleas de barrio: creación de grupos de reciclaje, en los que la gente regala las cosas que ya no quiere: ropa de bebé, juguetes, muebles, electrodomésticos, etc. Es algo fácil de organizar, útil, crea lazos entre los vecinos y hace pupita al sistema, que favorece el consumo a lo loco. Yo estoy apuntada a uno, el problema es que es para todo Madrid y creo que funcionaría mejor a nivel barrios.



Leo en el periódico que Solbes, exministro de Economía y ¨Hacienda, será asesor de la filial española de Barclays. Suma así su segundo cargo en una empresa privada. A esto es a lo que me refiero cuando digo que los políticos no son sólo cómplices o marionetas, sino que están en el epicentro del problema. J. D. comenta la noticia en fb con una reflexión que también es un poema: “En sus puertas giratorias es donde los ciudadanos nos pillamos las manos”.



Me escribe un profesor de la universidad de Salónica. Ha traducido con sus alumnos un cuento mío al griego. Dice que la idea es que aparezca en una revista de tirada nacional, pero que la edición peligra por la crisis.



He vuelto a leer sobre literatura, pero dentro de un orden. Rescato una frase de Belén Gopegui, basada en una idea de Maurice Blanchot: “Lo que rechazamos no carece de valor ni de importancia. Es precisamente por esto por lo que el rechazo es necesario. Hay una razón que ya no aceptaremos, hay una apariencia de cordura que nos produce horror, hay una oferta de acuerdo y de conciliación que ya no escucharemos. Una ruptura se ha producido".

Y sigue: "Las personas que rechazan y que están ligadas por la fuerza del rechazo saben que aún no están juntas. El tiempo de la afirmación común les ha sido precisamente arrebatado. Lo que les queda es el irreductible rechazo, la amistad de ese No cierto, inquebrantable, riguroso, que les mantiene unidas y solidarias.”



Lo que el NO ha unido, que se continúe en la suma de un SÍ y otro SÍ, y otro más... Tanto el rechazo como la afirmación son nuestros y necesarios.

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